La parroquia San Agustín fue renovada con aportes de la comunidad y empresa constructora.
Los fieles de la parroquia San Agustín, liderados por Pa´í Rafaelito, movilizaron recursos para agrandar el templo, con aportes que incluyeron materiales de construcción procedentes de la obra del túnel Semidei.
La parroquia San Agustín, ubicada en el barrio Loma Pytá de Asunción, se caracteriza por contar con fieles muy activos que trabajan codo a codo en beneficio de la iglesia y la comunidad. El Padre Rafael Tanasio, más conocido como Pa´í Rafaelito, es muy querido y respetado por los fieles, quienes asisten con regularidad a las misas diarias que él ofrece.
Pa´í Rafaelito recuerda que años atrás la parroquia era mucho más pequeña y necesitaba mejoras importantes en su infraestructura. “Había mucha gente en la misa de los domingos y entre semana y el templo nos quedaba muy chico”, recuerda. Fue entonces cuando se reunió con un grupo de fieles y decidieron tomar el desafío de agrandar y mejorar la parroquia, a través de diversas actividades que incluyeron rifas y ventas de comida.
Al mismo tiempo se hallaba en construcción el túnel Semidei, que se encuentra a metros de la parroquia, y tanto obreros como ingenieros asistían a las misas semanales nocturnas, luego de la jornada laboral, siendo testigos de la aglomeración de gente que había por la falta de espacio. Luego de conversar con los encargados de la obra, quienes ya conocían la situación de la iglesia de boca de los propios obreros, un domingo después de misa, se acercaron a la parroquia a informar que aportarían materiales de construcción como un apoyo al proyecto. Bolsas de cemento y cal, hierro, piedra triturada y arena llegaron a la parroquia y alivianaron en gran manera los costos del proyecto, permitiendo que se realizaran los trabajos con mayor rapidez.
Hoy día la parroquia cuenta con espacio para recibir cómodamente a más fieles, además de mostrarse renovada y embellecida. “Con eso logramos terminar nuestro templo, que ahora sí es grande y hermoso”, añade resaltando también la importancia de que las empresas sean solidarias con las comunidades donde realizan trabajos. “Se nota la solidaridad de la empresa, cuando hay progreso no hay que olvidar lo humano” y finaliza “es muy importante humanizar la economía, como dijo el Papa Francisco cuando nos visitó el año pasado, hay que progresar sin olvidar a las personas”.